Un carro de combate, o tanque, es un vehículo blindado de ataque con tracción de orugas o ruedas, diseñado principalmente para enfrentarse a fuerzas enemigas utilizando fuego directo. Un carro de combate se caracteriza por tener armas y blindaje pesado, así como por un alto grado de movilidad que le permite cruzar terrenos difíciles a velocidades relativamente altas.
El carro de combate y las tácticas de blindados han sufrido muchas evoluciones durante casi un siglo. Aunque se siguen desarrollando sistemas de armamento y blindajes, muchas naciones han estado reconsiderando la necesidad de tales armas pesadas en un periodo caracterizado por la guerra no convencional.
El mando y coordinación de una organización de blindados en el campo de batalla ha estado siempre expuesto a problemas particulares. Debido al aislamiento de las unidades pequeñas, vehículos individuales, e incluso la tripulación del tanque se han tomado acuerdos especiales. Los cascos blindados, el ruido del motor, el terreno, el polvo y el humo, y la necesidad de operar con la escotilla cerrada son los principales problemas de las comunicaciones.
El comandante debe ordenar cada acción de la tripulación, movimiento y fuego. En los primeros tanques, la tarea del comandante estaba obstaculizada por la necesidad de tener que cargar o disparar el cañón principal. En muchos vehículos blindados de combate, incluso actuales, el comandante trasmite las órdenes de movimiento al conductor dándole con el pie en los hombros y la espalda. Los vehículos modernos suelen llevar un intercomunicador, permitiendo que todos los tripulantes puedan hablar entre sí, y utilizar el equipo de radio. Algunos tanques tienen un intercomunicador externo en la parte posterior, para que la infantería pueda hablar con la tripulación.
En las primeras operaciones con tanques, las comunicaciones entre los miembros de una compañía de blindados se realizaban utilizando señales manuales o banderolas, y en algunas situaciones, los tripulantes debían dejar su tanque y acercarse al otro. En la Primera Guerra Mundial, los informes de situación eran enviados a los centros de mando lanzando palomas mensajeras. Las señales con bengalas, humo, movimiento y el disparo de las armas eran utilizados por las tripulaciones veteranas para coordinar sus tácticas.
Entre 1930 y 1950, la mayoría de las naciones equiparon a sus fuerzas blindadas con radios, pero las señales visuales se seguían utilizando. Un tanque moderno es equipado generalmente con un equipo de radio que le permite comunicarse con una red de radios de una compañía o batallón, y posiblemente con una red de mayor escala, para coordinarse con los otros ejércitos. Los tanques de los comandantes de la compañía o batallón suele llevar una radio adicional.
La mayoría de las fuerzas blindadas funcionan con el comandante de la tripulación, y posiblemente otros miembros, con la escotilla abierta, durante el mejor estado de alerta. Cuando hay fuego enemigo, o condiciones potenciales de ABQ, la tripulación cierra las escotillas y sólo pueden ver el campo de batalla a través de visores y periscopios, reduciendo seriamente su capacidad de encontrar blancos y percibir peligros.
Desde los años 1960, el comandante de un tanque ha tenido equipo cada vez más sofisticado para la adquisición de blanco. En un tanque de combate principal, en comandante tiene visores panorámicos, con equipo de visión nocturna, que le permite asignar uno o más blancos, mientras que el artillero se enfrenta a otro. Los sistemas más avanzados permiten al comandante tomar el control de la torreta y dispara el cañón principal en caso de emergencia.
Los desarrollos recientes en equipamiento han mejorado el control de fuego, con el telémetro láser, los datos por GPS y las comunicaciones digitales.
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